miércoles, 23 de febrero de 2011

Después de todo

Después de todo

las ilusiones viven anidadas dentro de tu interior

arropadas por la piel de tus sueños

arrinconadas por el volumen de tus miedos

las ilusiones persisten escarbando en el futuro

observando desde la distancia

lo que podría ser

((pero))

esas viejas e insaciables criaturas

que elevan los temores a alturas vertiginosas

que te corroen fabricando la dejadez insoportable

que extinguen las esperanzas en polvo comprimido

que te destinan a no ser lo que eres

o a ser lo que no quieres

esas malditas e insaciables criaturas

han de probar tu veneno mejor conjugado

el murmullo osado de tu voz interior

el garrapatear de tu esperanza

construyendo castillos en tu corazón

es hora de decir basta

es hora de decir no

de hacer lo que uno desea

sin exportar la felicidad

ni importar los errores

porque las ilusiones

no otorgueis lugar a las dudas

removerán tus sueños

desde lo imposible

hasta la implacable realidad de una sonrisa.

Paco

jueves, 17 de febrero de 2011

Diseccionar el error


Diseccionar el error
evaluarlo sobre sus angostas
puertas, por donde menguó el azar,
fermentarlo en un aprendizaje continuo
para sobrevivir en la jungla
de los espejos rotos, de las imágenes múltiples
exprimir una sonrisa
en lugar de dinamitarla
ser fuerte
sobreviviente
cauta
no ser jamás-más que nadie
no ser nunca menos que otros
la ecuación se centra en una igualdad
envolver el error en papel de regalo
para aprender a disfrutar de su sorpresa
el tiempo es un necio compulsivo, lo se,
del que también tenemos que aprender
mirándole a la cara
en lugar de esconderse
sonríe, seguro que tienes
unos hermosos labios
capacitados para besar
en cualquier situación, y
bajo cualquier error.

Paco

viernes, 11 de febrero de 2011

Yo siempre he sido


Yo siempre he sido
esto que leéis
una letra subversiva
un adjetivo revelador
un sincronismo
entre la respiración y el silencio.
Yo siempre he querido
volar hacia arriba
andar hacia delante
y correr sin mirar atrás.
Pero la vida
esa vasta mordiente incisiva
que me dice quien soy
siempre ha querido
que yo sea
poco más que lo que leéis.

Paco

martes, 8 de febrero de 2011

Los falsos sueños


Con el cielo empapado de miradas perdidas
utilizaré la rabia para darle volumen a mi corazón
que se oiga entre las rancias cuerdas del viento
el aullido de los mudos, del que escribe en su mundo.

No muerde quien se cree inmune a la derrota
el sonámbulo sin sueños
templado en su intruso silencio
yo escribo versos que nacen
de lo que expulsan mis vísceras
odios oxidados predeterminados
para mutilar ansiedades
bosques en mi alma
fríos y húmedos como el horror.

Versos que nacen para matar el caos
correlatos de impulsos desbocados
que me llevan a escribirle al amor y a los olvidados
en medio de esta sustancia perecedera
que es la hora como esclava del tiempo.

Confisco las entrañas de la paz
ejerciendo de autor de mi laberinto
nudos de impotencia que me llevan a odiar
los susurros eléctricos perforadores de mente
galopando a lomos de ondas envenenadas
los sueños los viejos sueños de siempre
que mueren desde que te sientas delante de la tele.

Paco

Sopla


La soga de la noche ha estrangulado mis sueños
decapitado aroma fértil podrido en sus pesadillas
anhelo el cese de estos viajeros problemas
sus círculos viciosos que me ahondan en la almohada.

Quien quiera tiene permiso para matarme de día
una hoja seca, un pensamiento maltrecho,
pisoteo el grisáceo asfalto de la preocupación
a punto de ahogarme en mi ensangrentado lecho.

Es fácil dejarse sucumbir por la caricia del desorden
ser frágil cuando uno se encuentra enterrado sin ataúd
pensar que los malditos son todos menos tu mismo
pero si lo piensas, la vida es como el viento

se dirige según se sople
según se sople.

Paco

lunes, 7 de febrero de 2011

Con las amapolas poseídas por el mordisco del viento


Con las amapolas poseídas por el mordisco del viento
Con la térrea esperanza con la que se asienta un girasol
Con el ímpetu nostálgico con el que besan los muertos
Con los recuerdos abandonados a su propia memoria.

Con el agua mojada por sus propias lágrimas
Con la montaña desnuda ante la perturbación humana
Con la rapidez con la que se muere una abeja sin su aguijón
Con la urgencia con la que resucita el odio confuso.

Con el fuego instalándose en el centro de tu corazón
Con la vida simulando ser un barco con ancla
Con la ansiedad con la que respiran los ahogados
Con el final con el que merece acabar este poema.

Así es como vivimos, así es como la matamos.
Con el sentido inverso por sombra de monedas.
Nosotros y la Tierra.
Si intentas matarla.
Te matará.

Paco