domingo, 24 de abril de 2011

De puntillas por la tristeza

He pasado de puntillas por la tristeza
no vaya a ser que al oirme me siga
es el amor un oficio demasiado viejo
que afortunadamente otorga de las herramientas necesarias
para paliar los desarreglos del corazón
y si las penas llegan sin avisar y a traición
entonces sacudo el viejo baul de la esperanza
a ver qué se descuelga en forma de satisfacción
para clavarle a mis penas mi más afilada lanza.

Paco

El ladrido de un perro abre una grieta en el silencio de la noche

El ladrido de un perro abre una grieta en el silencio de la noche
tu y yo sentados golpeando al silencio del amor
jugando al rompecabezas del corazón
furtivos en medio de este desierto
encajamos sus piezas, transportamos sus alivios
hasta las cortinas de nuestras miradas, las abrimos y
observamos cómo se expande el universo
de nuestros labios
a través de las constelaciones
que en nuestras almas late
y nos olvidamos
aunque sólo sea durante un breve instante
que el mundo inhóspito de ahí afuera
es tan inconexo y autista
como las penas que insaciablemente reparte.

Paco

Callados

¿De donde viene el desaliento?
¿A dónde irá? ¿Qué motor lo pondrá
en marcha? ¿Qué emoción lo engrasará?
¿Qué mentira lo alimentará?
¿Donde amordazaron la esperanza?
¿Cómo se desangró
entre los harapos de marionetas turbias?
¿Cuándo dejó de latir la juventud?
Sus puños, sus gritos, sus lamentos
¿Acaso no forman parte de su corazón?
¿Por qué nos callamos a todo?
¿Por qué no invertir el silencio,
sus calles encharcadas, sus sótanos,
sus cadáveres, sus fantasmas
ataviados de terror apedreado?
¿Por qué no hacer de la rabia
un verso que luche
entre labio y corazón?
¿Por qué nos callamos a todo?
¿Por qué nos callamos a todo?

Paco

viernes, 22 de abril de 2011

Hace 3 mañanas

Hace 3 mañanas una mujer posó desnuda sobre mi horizonte
herido, extravió mis lamentos hasta los oscuros desórdenes
del olvido selectivo, cubriendo de placer la
capa subliminal del tiempo, retando en abrupto duelo
a la tristeza.

Hace 3 mañanas esa misma mujer me dijo que olvidara las penas, que
las enterrara sin ataud y sin fronteras, que las ahogara
en lágrimas descompuestas, me lo dijo en silencio
con sus labios cerrados pero con la mirada abierta a la esperanza.

Hace 3 mañanas la mujer que posó desnuda y que me hizo olvidar las
[penas
me recordó que son 12 los años que lleva poniendo en marcha mi
[corazón
caminando desnuda en la nocturnidad de las sábanas a diario
alejándome del abismo en el que se miran los hombres solitarios.

[ 23/04/2011]

Paco

martes, 12 de abril de 2011

Tu poesía

Mirarte
tocarte
besarte
ahondarme en tu mirada
nadar en tu boca
dejarme seducir por tu respiración
caer atrapado intencionadamente
en las trampas de tus labios
tu lado de la cama abriéndose
espacio para acomodar tu sombra
tu rostro sujeto al espejo
persiguiendo mi delicada sombra
estrecharnos en 18 centímetros
apagar con un abrazo
las brasas de los malentendidos.
Besarte
tocarte
mirarte
agazapada escuchando el corazón
de la lluvia latiendo sobre la ventana
jugando a deshilachar el silencio
pactando con la sonrisa
un triunfo anticipado
vender la soledad al diablo
darle cuerda a mi alma
con un beso perfectamente elaborado
dejarnos arrastrar por la luna.

Descodificar las lágrimas en un código
legible para la esperanza.

Tus ojos
tus manos
tu boca
todo esto también es poesía.

Paco

domingo, 10 de abril de 2011

Los héroes silenciosos

Como héroes silenciosos pasan por mi día a día
vidas olvidadas que arrastran miradas apagadas
de las que aprendo que mis problemas
son tan estériles como estúpidos
y que nuestras lágrimas son solo una inerte excusa
para limpiar la mierda del basurero en el que vivimos.

Son héroes invisibles y silenciosos, los
más fuertes, de pundonor meticuloso, son
los que han esquivado balas y mordiscos,
cadáveres todavía calientes y cadáveres
descompuestos por el tiempo, son los
que han cruzado desiertos que son
cementerios con piernas, un tubo de escape
como techo para un frío alojamiento,
unos enloquecidos perros olfateando
en busca de un cuerpo al que atacar,
un maldito cabrón ansioso de golpear
con el puño de su intolerancia,
un futuro perdido en los escombros del pasado
para estos héroes que nos pasan desapercibidos.

Ellos son los auténticos héroes, infinitamente
más fuertes y luchadores que tu y que yo,
han paseado por los bosques de la soledad
para perderse en la rutina rancia de
nuestra sociedad, sin medalla, sin papeles,
luchan por comer, por comprender, por sobrevivir
en esta jungla áspera de incómodas realidades,
hartos de tener el mismo valor que una tuerca
hartos de malvender su identidad
aquí donde jugar jugamos todos
pero vencer siempre vencen los mismos.

Atrévete, míralos, asómate
mientras el insomnio del corazón te permita sentir
ellos son los héroes silenciosos e invisibles de los que ya
os he hablado, son héroes sin más poder especial
que una vencida mirada pidiendo ayuda
pero de un valor indudablemente ilimitado.

Paco

miércoles, 6 de abril de 2011

De la herida de un amanecer confuso

De la herida de un amanecer confuso
extraigo conclusiones entre renglones
y sorbos de soledad azucarada,
me pesan los dedos, su irremediable desgaste,
unas ideas alcanzando la forma de desuso
una vasta desgana me hunde
en las profundidades del silencio.
Aquí estoy, tan invisible como siempre,
tan lejos pero tan cerca como siempre,
para el que quiera y para el que no me quiera,
tan humano como el dolor de esta mano
que lleva más de un mes acompañándome,
aquí sigo, en plena descomposición
sintiendo el amor más intensamente
que nunca, su perturbador aroma,
su tacto abrigando mi corazón
su ansiedad agrietando mi pecho
el amor como equilibrio de la descomposición
y firmo desde aquí un pequeño adiós
como una vaga sombra en una fría noche
de invierno, con ganas de desaparecer
de hundirse entre las caricias de las sábanas
entre las tragedias del insomnio
y huir, huir, huir
de todos, de los calabozos rítmicos
de la sociedad, de la estupidez
incalculable de este lugar, e incluso,
cómo no,
huir de mi mismo, de cuando me doy miedo,
y en ello ando, descalzando los dedos,
fregando los miedos y diciendo adiós,
con mi esperanza pegada con tiritas baratas
y con mi sonrisa navegando en tu boca.
Y eso es todo.

Paco