miércoles, 20 de julio de 2011

Sueños medio rotos de una noche de verano

A estas horas en las que nadie me escucha, la luna envuelta en su velo blanco, en su silencio inquietante, escucha en mis ojos el silbido del misterio, cómo deja sus frías huellas en medio de unas batallas desiguales que nos llevan a ser equilibristas sobre el abismo. ¿Donde se marchó la humanidad? ¿Bajo qué lápida se escondió? La noche es víctima de una emboscada a traición donde las hadas de los sueños huyen sin dejar rastro. Tanto hastío no da de comer a los sueños. Una vez creí ser una piedra tumbada al sol, ya lo dije, otras veces me confunden con un pobre soñador un tanto desequilibrado, radical es el adjetivo con el que me describen los que me desconocen, yo no juego a morder solamente sobrevivo una y otra vez, y esta noche, entre agrios pesares y una inagotable estela de esperanza que reniega a verse caducada, aquí me encuentro, escribiendo a las 04:00 horas de una noche que no tiene dueño, reconociéndome libre pensando en no volver a perder.

Paco

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