sábado, 15 de enero de 2011

Lo que nunca hay que olvidar

Una niebla tejedora de misterio
cubre mi balcón, mis huesos
y lo que queda de mi razón
la noche es fresca y clara
simplemente fresca y clara
mis dudas crujen en el descanso
muto a cuerpo torpe que anda sin piernas.

¿Dónde vas sin un objetivo?

Avanzar es sentirse manecilla de un reloj
sentir cómo empujas el viento, el rumor 
de su silencio
sentir cómo mojas la lluvia, el formato
de su humedad
sentir cómo secas el sol, sus escurridizos
hilos de luz

avanzar es sentirse en el camino
pisar por un asfalto en construcción
nutrido por la soledad
con la esperanza laminada en la lengua
avanzar con el trofeo de una sonrisa
exponiendo tus debilidades
dejando parapléjicos los miedos
aceptando la compañía de los tuyos,
y de los otros,
que somos todos quienes avanzamos
pulgada a pulgada
nos acercamos a la muerte
invisible e inexpugnable
tremenda compañera de viaje
espía infatigable.

Así que vuelvo a crujir mis dudas
en esta noche fresca y clara
con el balcón invadido por la niebla
me fumo mi infusión y sonrío
porque lo que no olvido
es que sobre todo sigo vivo.

Paco

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