lunes, 7 de marzo de 2011

Un interminable desconsuelo

Asaltado por eucaliptos encapuchados

en medio de la noche se trama un destierro

mi mente huye sin calzarse las ilusiones

contra la pared, mis sueños quedan desenchufados.


No queda nada donde hurgar

perdido en un surco de imprecisiones

forjo de hierro mi corazón, castillo inviolable,

no quiero golpes, detesto los mordiscos,

en medio de la noche la luna ha bailado

con sus fijas medias y zapatos lisos.


Granizado me hallo en este lícito desconsuelo

estrangulando los malos sabores con un beso

los quehaceres de un dolor invisible y fresco

me denominan tontusco, voy averiado sin luna

solo espero que el sol me alumbre sin censuras.


Paco

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