domingo, 12 de diciembre de 2010

Un duro atardecer en la memoria del desesperado


Un duro atardecer en la memoria del
desesperado, las primeras sombras
nocturnas hurgan en la penumbra del misterio,
un paso atrás puede ser un principio
libérrimo exilio del fracaso,
la duda explota vierte sus vísceras
sacar la sonrisa a pasear
estirando la alegría a cuentagotas
está bien, es un principio,
pero nunca suficiente.

Esto es, digamos,
la existencia de la desesperación
sobreviviendo en la jungla del miedo.

Diez problemas y una píldora
para una cabeza manipulada, exhausta,
sintaxis de drogas licenciadas
para transportar nubes pesadas en la mente,
yo me quedo con mis estrategias de combate
del amanecer espero que traiga
una nueva ilusión, un nuevo mundo,
otra humanidad, con sus otros fantasmas,
sin ojos, sin olfato, sin ganas de venganza,
una derrota que sea un simple y viejo recuerdo,
un latido metálico de lo que ya no sufro,
pero me conformo, en el aquí y el ahora,
de momento, simplemente
con un abrazo tuyo. 

Paco

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