La paciencia armada de una sonrisa
inexpugnable, con sus amapolas
en fila, y las rosas con sus punzantes
espinas vigilan la retaguardia.
La furia esperando su turno, hábil,
desentorchada, fría y calculadora,
de momento calla pero no olvida.
El presente, remolino de inquietudes,
rencilla imparcial de la paz y la
furia, aguarda en silencio su futuro
como cuchillo temible y oscuro.
Paco
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